Evocation spanish

 




Evocación, Lo Inescribible, Una Respuesta a Abdel Hernandez San juan

By Stephen A Tyler


Septiembre 9, 1997, Universidad de rice, Houston, Texas, USA

Translated from English to Spanish by Abdel Hernandez San Juan

Querido Abdel Hernandez San juan


   La Evocación que puede ser escrita no es evocación. Tu afirmación es correcta. La evocación no es un método ni algo que trabaje de acuerdo con reglas, no hay un como para un libro de evocación. Es un efecto que no puede ser controlado incluso cuando nosotros tratamos. Por lo mismo o entonces no es algo genéricamente especifico, como en la poesía o en una forma especial de discurso. Desde el momento en que no es una representación ella cae afuera de los usuales realms de la epistemología y la ontología.  

   Es entonces la evocación algo de una vez proveído por el sistema de los signos en la economía general del lenguaje y por lo mismo, o al menos en este sentido, algo sujeto a principios de acción y estructura  incluso cuando estos puedan ser inconscientes y más allá de nuestras manipulaciones efectivas?. Bueno sí y no. Si en tanto la evocación es esencial para el lenguaje. Ningún lenguaje puede funcionar bien sea como representación o como comunicación sin ella, pero ella no puede en cambio definirse por algún set especifico de estructuras o patterns lingüísticos.

      Los lenguajes son siempre inadecuados en sí mismos. Primero, ellos son excesivos, ellos hacen más y efectúan más que sus estructuras o  que las intenciones que sus usuarios puedan desear o calcular. Segundo, ellos están siempre en falta. Ellos nunca expresan adecuadamente nuestras intenciones, no representan completamente las cosas por las cuales ellos son sustitutos. Resultando demasiado mucho, en exceso, o demasiado poco, en carencia, ellos son simultáneamente más y menos que sus representaciones y expresiones, como es supuesto expresen nuestros pensamientos internos o representen hechos externos.

     La evocación, en pocas palabras, es lo que hace que el lenguaje trabaje. Ella llena los espacios y los tiempos que los lenguajes no pueden llenar. Ella puentea los gaps entre las palabras y ocupa los márgenes vacios de los textos y los silencios que dejan los hablantes y los oyentes. Ella conecta los meanings, significados, dispersados por las trayectorias lineales de los sintagmas y los paradigmas. Ella es lo no dicho que habilita el decir y lo dicho. Ella hace que los tropos trabajen, pero ella no es en sí misma un tropo. Más allá de todos nuestros intentos por explicar los efectos tropológicos analizándolos por mera comparación o analogía o como formas especiales de implicación, es aun el caso de que los tropos inspiran nuestra comprensión sobre el tipo de inmediatez que argumenta contra la realidad del parte por parte propia a la mentalidad de los procesos analíticos. El análisis de un tropo después de todo es Despues de los hechos y queda largamente desconectado de su efectividad y es irrelevante para su comprensión. 

   Si un tropo tiene que ser explicado entonces no es un tropo. La evocación entonces no es acerca de tropos, excepto en el sentido de que los tropos serian inefectivos sin ella. 

    La evocación es algunas veces explícitamente vinculada con el pasado, como la memoria o el recuerdo, particularmente en la discusión sobre los efectos poéticos. En “En Busca del Tiempo Perdido”, fragmentos de las experiencias sensoriales del personaje principal entran en una multitud de escenas y episodios dispersos, olvidados y desconectados en su pasado.  Y si, la evocación puede hacer esto, pero ella no es algo en si confinada al pasado ni en su forma pasiva como memoria ni en su forma activa como recuerdo. Ella no está exclusivamente o no necesariamente relacionada con esa forma especial  de pasado que Aristóteles llamo Mnesis, la memoria del cuerpo y sus pasiones, y si la evocación viaja por estas realms, pero no se origina en ellos.

    El recuerdo concierne principalmente con las particularidades de la experiencia individual con los networks asociativos que emergen en la actividad del recordar, eso que algunos sicólogos llamarían la memoria episódica. El recuerdo, sin embargo, no es solamente una actividad de construcción activa de lo que es tomado para ser las experiencias actuales pasadas del sujeto. Ellos están necesariamente construidos a través de la mediación del sistema total de la memoria que es dado o viene dado en y por el lenguaje, lo que algunos sicólogos llamarían la memoria semántica, ello tienta a pensar en el recuerdo como una acción dirigida por el sujeto como un tipo de Zetesis o racionalización constreñida por la lógica de la inferencia, la implicación y por los trazos de las experiencias pasadas de los sujetos. El recuerdo entonces contrasta con el carácter pasivo de la memoria en el sistema de la lengua que constriñe la zetesis proveyéndole ready mades, vínculos y esquemas cuyas estructuras son la necesaria forma de cualquier forma posible de lo recordado. Nosotros podríamos llamar esto como formas de evocación en las que la búsqueda por los actos de zetesis llaman a los trazos de las experiencias pasadas, pero ello solo sería un modo o camino, una vía para decir que nosotros realmente no comprendemos como trabaja esa zetesis.

    Si la evocación entonces habilita esta curiosa relacion presente/pasado del recordar, pero ella no está determinada por o en el pasado, cual es entonces el tiempo de la evocación, el presente?, el futuro?. No es nada y todo esto, en tanto ella envuelve como tú dices el eclipse de las tres formas pliegues del tiempo, rellama ese tiempo, y también ese espacio, que fue posited por Kant como intuiciones porque ellas son la necesaria condición de toda representación. Entonces, si la evocación no es ella misma parte del programa de la representación, ella está libre de las necesidades de ambas cosas, el espacio y el tiempo. Esto no significa, sin embargo, que la evocación sea algo excluido de aquello que determina a la representación, ella es necesaria para que cualquier representación sea adecuada a aquello que representa. 

     En la evocación, sin embargo, este proceso de adecuación no es algo que pueda ser accomplished a través de nuestros significados usuales de la razón analítica. La razón analítica es inadecuada a la adecuación, excepto como una racionalización después de los hechos. Esto nos tienta a pensar que la evocación puede ser algo parecido o como la simultaneidad o la sincronía y entonces, como un tipo de principio a causal  e incluso a pensarlo cuando no manifieste estas características, quizá sea probablemente mejor pensar en ello simplemente como algo indeterminado por el tiempo pero aun capaz de funcionar a través de los tres pliegues usuales del tiempo. Desde el momento en que ella ultimadamente es, la evocación también altera nuestro sentido de la lógica temporal del ser y el devenir. Las afinidades entre el ser y la temporalidad del tiempo presente, del tiempo del presente, por un lado, y entre el devenir y el presente de un futuro anticipado, por el otro, son particularmente importantes aquí.  

   La evocación, de nuevo, como tú dices, dispensa con la idea de el ser como objeto presente y supone una idea del devenir que no tiene locus temporal pero que habita todas las determinaciones del tiempo y colapsa a través de ella misma todas las posibilidades de causa, origen y telos. Suena esto místico o misterioso?. Podría ser, pero solo si nosotros insistimos en objetivarlo y reducirlo al juego de los significados. 

   Esto está relacionado con el sublime Kantiano, aunque a diferencia de esta noción no está restringido a los judgments de la estética. Esto es, después de todo, una condición habilitante para el mundo de sentido común y nuestro discurso de todos los días, de la vida cotidiana, no sería posible sin ello. No tiene nada que ver con monstruos. En este sentido estaría en el polo opuesto de las situaciones extremas supuestas en el juicio y las percepciones que Kant predico para lo sublime, antes bien nosotros podríamos llamarlo como un sublime de la vida diaria o de la vida de todos los días como una vía o camino para capturar ambas cosas su afinidad y su diferencia respecto al sublime kantiano. 

    Uno piensa aquí particularmente en el concepto de sujeto fragmentado de Gergen’s o en las ideas de Deleuze y Guatari’s sobre un sujeto deterritorializado y su noción de las líneas de vuelo que caracteriza la constante diferenciación de subjetividades nomadicas e hibridas. Justo porque la evocación, como tú dices, se opone a las trayectorias lineales de la escritura y la institucionalización de la autoridad, ella no está usualmente conectada con la escritura. Esto es también asociado con el hablar y la oralidad y entonces parece caer próxima al discurso sobre la oposición entre la oralidad y la escritura, oralidad y literacidad. En una vía, no sorprende que la evocación sea vinculada con la voz desde el momento en que voz y evocación derivan de la misma etimología, el latin uoc- “hablar”, pero la conexión de esto en la literatura no es con la idea del hablar como algo en sí. Esta sutil diferencia entre el hablar y la voz podría dar con una equivocación. Notemos, primero que todo, como la idea de voz ha sido literalizada como cuando nosotros hablamos de la voz de un autor, invocando con esta expresión la voz en el contexto de las avocaciones literarias usualmente disasociadas de lo que entendemos por el hablar, aparte de indicar el rol sintáctico de el sujeto semivocal como un medio para distinguir entre las categorías activa, pasiva y las voces medias o mediales de la gramática. 

    Lo que estamos llamando nosotros aquí antes bien es a la revocación del hablar como el hablar de la voz, es decir, a la provocación de la voz como escritura, como literatura y como gramática. Sin embargo yo aun evito advocar completamente la desasociacion entre la evocación y la escritura y no por otra razón sino porque  la evocación es necesaria para escribir. La evocación que puede ser escrita no es evocación, pero ella no está después de todo ausente de la escritura porque si ella estuviera ausente de la escritura, esta, la escritura, no sería posible. 

      La escritura depende de la actividad de evocación y no puede encontrarse a sí misma sin la evocación incluso cuando parezca que la escritura usurpa a la evocación reduciéndola a los actos de significación y la razón analítica. La evocación no es ni una función del sujeto ni del sistema de los signos, pero se recomienda a si misma por otras razones que yo caracterizo como la “pluralización del discurso” y el “declinar de la persuasión general”. 

    El signo diagnostico de la pluralización de los discursos es el revisionismo de las retoricas como retoricas de la pregunta, la relativización de todos los discursos al media de esos discursos y el declinar de la autoridad textual. Por persuasión general yo significo las formas legitimadas de argumentación tales como el modelo de la ciencia, el modelo retorico y el modelo de sentido común. Cada uno de ellos es un modo de persuasión y cada uno es legitimado dentro de sí mismo por las convenciones.  

    Por el declinar de la persuasión general yo significo la emasculación de la retórica y el sentido común por la racionalidad y el conocimiento experto y la relativización de la razón a la estética y la política. En otras palabras la retórica de la política y la estética deja las pretensiones de valides universal que suponen diferenciar la razón de la retórica.        

    Consecuentemente razón, retórica y sentido común  no pueden ser constituidos adentro sobre la base de la forma o el contenido como géneros distintos.

    El declinar de la persuasión general se manifiesta no solo en la pluralización del discurso sino también en este refusal de las “buenas formas” y el rejection a un bien definido, autónomo y universal método de investigación y argumentación. Ello también es evidente en la politización del consenso el cual cuando menos en parte refleja la fragmentación de la comunidad de scholards hacia grupos separados y diferenciados que no están más de acuerdo unos con otros en sus percepciones y en sus valoraciones. 

   En otras palabras, el logos no es más el producto de persuasiones generales sino que es enactuado por las dinámicas de la estética y la política o, para poner esto en modo distinto, es performado en su poética y en su retorica, el logos es así dispersado en sus situados enactments. Este desarrollo es más evidente en el cambio del rol de la escritura, por ejemplo, las leyes científicas, eran supuestas de encodificarse ultimadamente en la forma de textos escritos los cuales entonces devenían en un memory system, un sistema de memoria, o una memoria sistémica de la  ciencia, los tesoros del conocimiento. 

    Hoy, sin embargo, la escritura juega un rol cada vez menor en la ciencia y ciertamente no aquel que ambicionaron Popper y Lakatos. Uno podría incluso decir sobre el científico lo que Plato decía sobre Socrates un científico que no escribe. La escritura de libros, en particular, ha sido por largo tiempo la función de los populizadores o la cenicienta de científicos que no producen más ciencia activamente. 

    “Estar allí”, “haciendo eso” significa “donde es que eso es”? 

   En referencia específica a la etnografía, el declinar de la persuasión general y la pluralización del discurso significa que nosotros no podemos asumir más que la etnografía pueda ser automáticamente justificada por appeals de conocimiento. La producción de conocimiento es en sí misma la criatura de las instituciones culturales y de las prácticas políticas y su autoridad es entonces limitada a un accounted for context

   Nosotros no podemos fácilmente asumir que la etnografía sea un tipo de hipótesis testing, test de hipótesis, o programa experimental suplementario a la sicología, la economía o la historia, que nosotros llamamos, tomando una frase de Wittgenstein la “underlaborer function” de la etnografía. No podemos nosotros leídamente asumir que la etnografía sirva a algún tipo de función crítica mediada por la producción de conocimiento en la forma de aplicaciones prácticas de generales o específicas búsquedas etnográficas, la justificación truculenta. Y entonces por lo mismo, asumirla asociada con programas de reformas sociales o correcciones del sentido común en la manera en que lo hizo Margaret Mead’s en sus columnas de la revista del consejo popular Redbook.

     Finalmente no hay un ground seguro, una base, un piso, una tierra, un soporte incluso para el tipo de crítica ideológica practicada en los estudios culturales desde el momento en que nuestros discursos están totalmente encapsulados en discursos académicos que se devuelven inofensivos al resto de la sociedad. Entonces nuestras excusas y justificaciones usuales para la etnografía, que incluye la producción de conocimientos, la integración estética y el exorcismo de los demonios personales, no tienen más la persuasión general y las buenas formas


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