Evocation end
Yo no quiero con esto dar la impresión de que la pluralización del discurso y el declinar de la persuasión general sean cosas malas. Todo lo contrario, en tanto ellos han habilitado un momento de libertad según el cual ninguno de los viejos constreñimientos sobre las maneras y los propósitos de la expresión, sea en la escritura, el film o el performance, pueden ser efectivamente puestos fuera de la línea. Hay entonces un momento, breve y pronto de ser un momento determinado no tanto como juego libre pero que cae fuera, alejado, de las convenciones que ambas cosas, constriñieron y habilitaron a la etnografía. Esta actualidad de la libertad viene sin embargo, junto con la necesidad de confusión, incertidumbre y nostalgias por direcciones perdidas y propósitos fáciles.
El declinar de la persuasión general se articula con muchas cosas, no menos de las cuales son el hecho de la escritura en sí misma. La escritura habilita un ambiente general de mendacity, ella hace esto porque se diferencia en si misma de lo que representa y porque borra el sujeto reduciendo las intenciones autorales al sistema de los signos y a la intencionalidad de un interpretante. La escritura no puede hacer otra cosa que mentir, incluso cuando ella trata de esconder este hecho atraves de la invención de la idea de verdad como una correspondencia entre las formas de la oración y las formas de la naturaleza.
La escritura entonces intenta moverse por encima de esta mendacidad estableciendo reglas de buenas formas y propósitos para determinar las representaciones, las expresiones y las interpretaciones. Esto parece regular la relacion de los signos a los significados y controlar la expresión y la interpretación a los intereses y las intenciones circunscritos de los escritores y los lectores. Todo el deseo aquí es automatizar el proceso de representación, expresión e interpretación y entonces limitar la inherente e irremediable mendacidad de la escritura. Todo el discurso deviene un discurso de límites y exclusiones que crea una jerarquía de géneros y estilos organizados alrededor de principios para mejorar los objetivos de la representación, la expresión y la interpretación. Este ambiente de afirmaciones simultaneas y denegación de la verdad deviene en un contexto cultural generalizado en el que la mendacidad es una forma aceptada de comunicación. Para todo nuestro interés en la ciencia, los hechos, la evidencia, la lógica, nuestra situación real es una en la cual esto aparece como estrategias retoricas. La mendacidad viene a parecer una forma de su opuesto y nosotros estamos diariamente rodeados, no solo en los impresos, sino incluso en la radio, la televisión, el cinema y el internet con presentaciones que tienen la forma de discursos objetivos, pero cuyos propósitos sirven a intereses que nada tienen que ver con la verdad, pero que están en ves dirigidos a la persuasión objetiva y subjetiva.
Las formas de la verdad han sido usurpadas por las necesidades del capitalismo y no pueden controlar la representación, la expresión y la interpretación limitándolas a contextos en los que la verdad es o sea producida. Este abra sido siempre y ha sido la situación con la escritura pero con el nuevo y poderoso medio de la mendacidad ahora en nuestros disposals, nosotros no podemos tan fácilmente esconder esta situación de y a nosotros mismos.
La quiebra de la persuasión general refleja entonces la hegemonía de la mendacidad en todas nuestras producciones culturales incluyendo esta. La mendacidad es nuestro camino de vida algo lo cual nosotros debemos confesar en nuestros intentos por insistir en que no es asi. Entonces, la evocación se presenta a sí misma, por otro lado, como lo otro absoluto de las ideas que han hecho esta hegemonía de la mendacidad, no solo de la mendacidad de la representación, la razón, la identidad, la verdad, los signos, la objetividad, sino igualmente de todas esas nociones que son concebidas como lo opuesto a estas, tales como la pasión, la diferencia o la subjetividad. La evocación, en otras palabras, no es el inmaculado otro de la diferencia, que sirve meramente como el medio a través del cual la positividad de las buenas formas construyen su identidad.
La evocación no puede ser capturada ni en la dualidad de la oposición ni en los polos separados que hacen el discurso de la identidad. La evocación no es entonces un concepto indicando la identidad de una esencia, positiva o negativa. Nosotros la conocemos ni como una esencia ni como el concepto de una esencia. Esto se hace en si mismo disponible y abordable para nosotros a través de sus efectos y estos efectos son efímeros, singulares no empíricos, eventos multisensoriales. Ahora la pregunta debe ser como puede algo con estas características hacer una etnografía, y la respuesta debería ser que no puede si nosotros continuamos pensando en la etnografía como un artefacto de escritura, una representación, el record de una esencia o el recuerdo de una experiencia. Y como podríamos nosotros pensar en otros términos. La primera respuesta fácil es escribir diferente, pero nosotros hemos ya visto la futilidad de esta movida.
No hay compromiso con la escritura y todas los así llamados intentos de escritura experimental meramente desplazan un defecto en favor de otro. La segunda respuesta fácil seria no escribir, pero si nosotros cesamos de escribir, que podemos hacer en ves o en su lugar que no recapitule los mismos asuntos de la escritura pero en otros medios como el cinema, el tape recording, o la simulación por computadoras?.
No hay una solución tecnológica y es típico de nuestras hubris pensar que debe haber una. Nosotros olvidamos que cada solución tecnológica es solo otro problema o el mismo problema en una nueva forma. Podemos nosotros simplemente dejar que los otros escriban por ellos mismos?. Sin dudas. Muchos, incluyéndome a mí mismo hemos hecho esto, pero nosotros vamos a querer aun saber porque los otros querrían escribir y si esas escrituras son para ellos o para nosotros. Si son para nosotros quedan entonces encadenados a nuestros imperativos culturales.
La realidad virtual parece sugerir en si misma un medio no representacional pero nosotros continuamos llamándola un medio u debemos preguntar qué o como esta ello entre. Su entre, digamos, puede no ser una representación, pero es una construcción y la con en construcción significa nuestro rol en la producción de esa construcción. La etnografía como realidad virtual es simplemente la más reciente solución final al problema de los otros que asegura, no menos que la escritura ordinaria, la completa desaparición de los otros como algo más que meras criaturas de nuestros intereses y nuestras tecnologías. Es necesario rellamar aquí, desde su forma de mecanización que la realidad virtual no es nada nuevo. La escritura en sí misma, particularmente la escritura alfabética es la forma originaria de realidad virtual, la primera mecanización del pensamiento. Rellamemos también que el concepto de mecanización deriva de un source que significa ilusión del latin machina, este emparentamiento con la ilusión se rebela aquí, con la escritura también, ambos, en sus propósitos miméticos y en su forma física, implica este rango de ideas truculentas.
Tú sugieres que la etnografía puede ser un tipo de performance participatorio, “una acción la cual incluya a otros envueltos en la situación etnográfica y que tales performances pueden ser escrituras de diverso tipo, puestas en escenas, multimedias, practicas de museo e incluso libros”. Estos inventarían sus propias identidades a través de un tipo de olvido. Olvido el cual tu defines como “no recordar lo que es recordado en lo recordado”, como una “no identidad entre la copia y el original, entre lo singular y su repetición (pp 15-16). Esta es una interesante sugestión si no por otra razón porque cambia todo sin cambiar nada. Entonces nosotros debemos mantenernos correctos en hacer el tipo de cosas que siempre hemos estado haciendo, “puestas en escenas, multimedias, practicas de museos e incluso libros”, pero todo esto me suena como practicas normales que no ocurrirían en situaciones que no pretenderían ser repeticiones en el sentido usual del sentido de la repetición que entendemos como recurrencia de las identidades, la reaparición de la misma cosa en dos diferentes tiempos y espacios. Tu idea de repeticiones no repetitivas o de repeticiones sin identidad es, por un lado, un restablecimiento de la idea de representación en tanto una representación es, después de todo, la repetición de una no identidad.
La representación como algo que no es lo mismo que o como algo que no es idéntico a lo representado, pero por otro lado, al mismo tiempo, tu idea de una repetición no repetitiva o una repetición sin identidad, es también una refutación de la función fundamental de la representación que es la de proveernos a nosotros con la repetición de identidades.
Entonces en un sentido se trata más bien de un tipo de olvido colectivo en el cual en vez de olvidar las diferencias, nosotros olvidamos las identidades. Esto rellama en nosotros el que una definición de la idea de identidad en la representación es precisamente la de olvidar las diferencias, las identidades devienen identidades cuando nosotros suprimimos las diferencias y después olvidamos la supresión. Ellas son ficciones cuya ficcionalidad nosotros hemos olvidado. En efecto, yo pienso que tú describes nuestra situación actual. La crítica de la representación nos dejo a nosotros en prácticas que eran convencionales antes de la crítica.
Estas prácticas de representación, sin embargo, son ahora diferentes, porque no ocurren mas en un contexto de comprensiones que nos lleve a olvidar la no identidad de las repeticiones que la representación hace. Nosotros no podemos tan fácilmente olvidar que las identidades son nuestras construcciones y que son contingentes a través de un tipo de acuerdo para olvidar lo que no podemos olvidar. Nosotros debemos continuar actuando y performando en situaciones en las que el “cómo si” de las identidades representacionales no pueden ser sumergidas y deben en su vez mantenerse en el primer plano de nuestra imaginación y nuestros discursos. Nosotros no podemos de hecho performar si nosotros no entretenemos la posibilidad de nuestros performances.
Como nos gusta decir, si tú piensas que no puedes probablemente no puedas. En el lenguaje de los libros de autoayuda nosotros nos persuadimos a pensar positivamente, imagine o visualice haciendo algo exitosamente y usted va a acrecentar sus chances de que sean exitosas. Nosotros pensamos que el poder de pensar positivamente es esencial para el buen performance y ello puede ser mejor si el performance es una repetición aunque muchas veces no sea importante después de todo si nosotros estamos envueltos en algo más que una repetición, si nosotros estamos, por ejemplo, ante la presencia efectiva de otros. Y esta es la razón por la cual la noción de dialogo ambos, externo e interno ha sido una idea tan atractiva.
La apertura y la responsabilidad del dialogo parece capturar algo de esta dualidad, indireccion, multiplicidad, impredicibilidad y dispersión implicada en tu idea de identidades no repetitivas. Y esto se opone leídamente a las ideas de la linealidad, de la perspectiva única o de una sola perspectiva hacia las cosas, ciertamente, y a la identidad, que la ilusión de un después de los hechos a supuesto pensar. La idea de repeticiones sin identidades no solo describe nuestra situación actual sino que también llama a la evocación como el medio necesario para trabajar a través de este tipo de repetición. En otros lugares de tu ensayo tu sugieres la posibilidad de un contexto distinto para la evocación, como tu dices, el trabajo de campo es el sitio en el cual el performance surge, se eleva (p14). La evocación envuelve un “trabajo de campo ilimitado” (p18).
Si yo te comprendo apropiadamente aquí, esta noción de un trabajo de campo ilimitado supone una idea de representación que está principalmente relacionada con la idea de presentarnos otros a nosotros mismos. Para ampliar en esto, o más sobre lo mismo, el tipo de reciprocidad vinculada aquí no se expresa en la gramática de sujetos y objetos diferenciados, nosotros y los otros. Requiere en su vez algo como la idea de la voz media o medial en la que sujeto y objeto, nosotros y ellos no están diferenciados, sino que están mutuamente implicados en algún tipo de proceso en proceso o performance cuyos significados no puede ser precedidos pero que puede ser encontrada simplemente en la actividad en si misma o posiblemente en la simple contemplación que los une. La idea de mutualidad y reciprocidad supuesta en la idea de la voz media establece un mundo de participación en el que las distinciones entre nosotros y ellos no funcionan mas, un mundo en el que los otros no son reducidos a objetos de nuestros deseos o en el que nosotros no somos poseídos por ellos.
Tú mencionas la idea de poiesis como un posible camino para pensar sobre la relacion de la evocación con la etnografía y como medio para distinguir la evocación de lo meramente poético. Esta última es una distinción útil, pero yo estoy incierto respecto a la relacion de la poiesis en su asociación con creación, construcción, el acto creativo o el hacedor por la conexión que pueden tener con la idea de poder o del sujeto individual como el hacedor activo o el constructor. La poiesis podría parecer traernos a nosotros con las ideas políticas de dominio ideas que no concuerdan bien con la voz medial y que yo prefería antes bien o en su vez subordinar a las ideas de cooperación y mutualidad. También es posible pensar en la poiesis como un tipo de potencia abstracta que se despliega afuera de su capacidad inherente, pero que meramente lo transforma en un tipo de principio cosmoteologico como en la idea de
Heidegger’s de el cuarto pliegue en la que el lenguaje poético deviene el medio privilegiado de expresión. Yo soy suspicaz hacia las ideas usuales de la poiesis, pero estoy abierto a cualquier otro desarrollo del concepto que puedas tener en mente.
Y entonces Abdel, nosotros hemos llegado al principio de nuestro dialogo.
Traducido al español por Abdel Hernández San Juan
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